Zarpar a aguas desconocidas con un Plan Estratégico y las necesidades de construir un futuro cultural para todos.

Por: Hermes D. Ceniceros*
 
Hacer un Plan Estratégico para la Cultura y las Artes en Sonora es hablar de la construcción del futuro cultural de la entidad, es imaginar y visualizar el desarrollo en esta área de nuestra vida pública. En Sonora nos urge un plan cultural que comience a romper esquemas e inercias longevas que ya no generan nada bueno. Y es que seamos sincero, hace rato las instituciones culturales del Estado perdieron la brújula, embodegando libros e imponiendo festivales “culturales”, los cuales más que transmitir cultura, servían para negocios de unos cuantos.  
 
La necesidad de un Plan Estratégico para la Cultura y el Arte es tan apremiante que esta tarea no puede ser realizada únicamente por un grupo selecto de artistas o académicos como comúnmente se había hecho. Es necesario romper los esquemas, así como deshacer los cotos de poder o las tribus del gremio cultural que cada seis años se pelean para mantener una hegemonía muy pobre y un alcance mediocre; si es que queremos abrir la construcción de nuestro futuro cultural a todos los que desean ser participes de nuestra vida cultural, así como de aquellos que son parte y muchas veces no se dan cuenta. En este sentido se deben profesionalizar las instituciones culturales de nuestra entidad para que dejen de ser el nido de algunos artistas y promotores culturales beneficiados, que muchas veces ni capacitados están para desarrollar su tarea. Esto último lo menciono porque por desgracia en la administración pasada nuestras instituciones culturales también fueron permeadas por la opacidad, la corrupción, la fantochería y toda la decadencia que caracterizo la administración padrecista; dejando fuera a muchos que fuimos ignorados por nuestras posturas críticas, así como por tener propuestas más profundas que no se sometían a la política cultural de la dirección general, la cual era la de embodegar y el negocio rapaz.
 
Pensando en la apertura que ahora se necesita para tener un plan cultural incluyente que rompa las prácticas poco sanas del pasado es que me parece sumamente plausible el ejercicio de consulta en línea del Plan Estratégico para la Cultura y el Arte 2015-2021 y la disposición que hasta ahora ha manifestado el director del Instituto Sonorense de Cultura (ISC), Lic. Mario Welfo Álvares Beltrán, para escuchar y buscar hacer los cambios de tubería que esta institución necesita para darle un buen rumbo a la vida cultural de la entidad. En este mismo tono, creo que la asesoría de Ángel Mestres Vila de la Universidad de Barcelona es muy acertada y que su taller de gestión cultural debe ser aprovechado para que entre todos sumemos en este reto que implica planear el futuro de la cultura que queremos para nosotros mismos. Así pues, siguiendo el espíritu de sumar, es que me he tomado el tiempo de escribir los siguientes puntos que creo necesarios para un Plan Estratégico para la Cultura y las Artes en Sonora que en verdad pueda llevarnos a mejorar nuestra calidad de vida y mejore el acceso a la cultura de los sonorenses.
 
Dejemos de creer que apoyar la cultura es maicear artistas
Confieso que cuando escuche que el próximo año iba haber menos dinero destinado a la cultura me dio gusto. Sé de manera consciente que destinar menos dinero a la cultura implica menos recursos económicos para el desarrollo cultural; pero por desgracia el problema está en que por mucho tiempo no se ha sabido bien que se entiende como desarrollo cultural y por lo mismo, quienes con poco profesionalismo dirigieron el destino de los pocos o muchos recursos económicos, terminaban destinando el dinero al maiceo de tribus o al desvió de dinero sin tener claro un rumbo. Por esto, cuando veo que se quiere hacer un plan cultural abierto y consultando a la mayor cantidad de personas posibles no me preocupa la reducción del presupuesto en cultura, porque sé que con poco se puede hacer mucho, siempre y cuando se tenga un plan o un proyecto cultural. En este sentido, considero que teniendo un plan cultural, con las características que se quiere hacer el que estamos realizando todos con nuestra participación, se puede hacer mucho más con poco dinero, que no teniendo un plan y mucho dinero.
 
Un plan cultural abierto a la ciudadanía con un presupuesto limitado nos obliga a ser creativos y dejar las malas prácticas del pasado. Veamos lo como la dieta que no cae mal después del maratón Lupe-Reyes, el autocontrol después del despilfarro innecesario.
 
Quiero creer, porque tengo elementos para pensar que así se está haciendo, que en este nuevo escenario, donde se necesitan las mentes más creativas y criticas generando propuestas para el desarrollo cultural, es que dejaremos de creer que apoyar la cultura es darle dinero a algunos artistas y olvidarse de lo necesario que es generar condiciones para que todos los sonorenses tengamos acceso a la cultura y participemos en esta, de hacer empresas culturales viables y autosustentables, de formar públicos y promover lectores para que nuestra vida cultural se goce de manera colectiva y tenga un propósito en nuestro tejido social, así como en la vida pública.
 
Dejando de limitar el plan cultural exclusivamente al apoyo a artistas nos abrimos a todas las posibilidades y aristas que nos da la cultura, la cual nos vincula directamente al centro de nuestra vida pública, de nuestro sistema de educación, así como a varias áreas de gobierno que necesitan un enfoque cultural para un mejor desarrollo. Profesionalizar la cultura implica que entendamos la importancia del desarrollo cultural de una entidad, de un municipio y de las comunidades que conforman a estos. Desde este enfoque el desarrollo cultural ya no necesita exclusivamente a artistas; ahora requiere equipos de trabajo multiciplinarios con profesionistas de la comunicación, filólogos, sociólogos, etnógrafos, antropólogos, historiadores, etc., obligando a que el ISC cambie radicalmente su esquema de trabajo.
 
En este punto quiero que ya comencemos a ver como las instituciones culturales como el ISC son parte de un entramado que debe generar condiciones para que todos los sonorenses podamos participar y gozar de nuestra cultura, y por ende necesitamos trabajar en red con otros sistemas como es el educativo, el de seguridad pública e incluso con órganos como el Instituto de Transparencia Informativa del Estado de Sonora (ITIES) o la Comisión Estatal de Derechos Humanos que entre sus tareas está la de promover la cultura de la transparencia y los DDHH. Incluso vale la pena señalar que entre los DDHH está también el del acceso y goce a la cultura; esto nos da cuenta del nivel de compenetración que se debe tener.
 
Con todo lo que he apuntado no quiero decir que no debemos apoyar a los artistas, todo lo contrario, debemos reconocer que para hacer trascender el apoyo a los artistas en la vida pública de nuestras comunidades, este debe dejar de funcionar como una forma de maiceo y ser una de las tantas herramientas para generar condiciones de acceso a la cultura.
 
La necesidad de construir confianza
En el Informe País que publicó el Instituto Nacional Electoral (INE) el 2014 encontramos que Sonora es la entidad federativa en la cual existe más confianza interpersonal, esto quiere decir que somos la entidad federativa en la cual las personas confían más entre sí, teniendo un 35% cuando la media nacional es de 25%. Esto nos puede parecer muy positivo pero si somos honestos con nosotros mismo nos daremos cuenta que nuestra emoción es como la sonrisa del tuerto miope que ve mejor entre los ciegos. Las democracias más sanas registran porcentajes de confianza interpersonal 3 veces más elevados que el nuestro, y los sistemas de educación que mejores resultados tienen en la prueba PISA de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se basan en la construcción de confianza.
 
Después de una administración que destacó por la opacidad y la corrupción, la desconfianza en las instituciones, en la clase política y la burocracia, es de lo más común, permeando fácilmente en todas las esferas de nuestras vidas, entre ellas la vida cultural. De aquí que el ISC tiene como primera tarea comenzar a construir confianza en la comunidad cultural, pero también con el resto de la población. Por este motivo es que la consulta realizada para el Plan Estratégico para la Cultura y el Arte Sonora 2014-2021 con un formato abierto y transparente me parezca un buen primer paso para volver a construir confianza mostrando transparencia e inclusión.
 
La construcción de confianza en las instituciones culturales no se puede limitar a la realización de un plan estratégico abierto e incluyente, se le debe dar seguimiento teniendo claro los indicadores necesarios para evaluar el desarrollo de este plan, y con esto debemos de apropiarnos de la cultura de la transparencia, y del libre acceso a la información pública. Es desconcertante sentir que la inversión a la cultura parece ser a un fondo perdido. Que no existe rendición de cuentas y que cada que se apoya a un artista o un proyecto cultural, muchas veces los ciudadanos e incluso la comunidad cultural, no se entera de los resultados. Esta opacidad debe revertirse porque no ayuda ni en la construcción de confianza entre los miembros de la comunidad cultural, ni con la ciudadanía en general, del mismo modo que tampoco estimula a la formación de públicos. Ahora bien, debemos entender que construir confianza transparentando los estímulos es una tarea de todos, no únicamente del ISC, y para esto debemos de cambiar hábitos de trabajo y de relacionarnos con las instituciones culturales. En este sentido lo primero que debemos hacer es replantearnos la relación con las instituciones culturales y con la comunidad cultural teniendo siempre bien presentes la transparencia y la rendición de cuentas. Al final lo que debemos de entender como comunidad cultural es que la corrupción y la opacidad ya nos ha hecho mucho daño, no nos ayuda a crecer y únicamente nos genera desconfianza, así como también nos impide trabajar colectivamente para un verdadero desarrollo cultural que genere condiciones de acceso a la cultura para todas y todos.
 
Entendamos pues, que para realmente progresar culturalmente necesitamos construir confianza, ser transparentes y capaces de rendir cuentas todo el tiempo con claridad y con una metodología de trabajo que nos de profesionalismo. De aquí que se vuelve necesario dejar a un lado el pensamiento tribal y pasar a la profesionalización del ISC, que hoy más que nunca necesita de personas especializadas en las diferentes áreas de gestión cultural y con curriculum vitae (CV) que realmente validen este conocimiento, así como habilidades. Es momento de que el ISC les abra las puertas a personas con postgrados que aporten nuevas ideas, conocimiento y metodologías de trabajo para tener una institución más moderna, capaz de investigar y de generar conocimiento así como sus propias metodologías de trabajo.
 
 
Educación, promoción de la lectura y formación de públicos.
Entendiendo que en Sonora existe una necesidad por la formación de públicos, así como por la promoción de la lectura, y que esto está vinculado con la formación de los individuos que conformamos una sociedad, es que creo importante que las instituciones dedicadas a la cultura entiendan su vínculo inseparable con nuestro sistema educativo. Si bien las instituciones culturales no se ocupan de la educación, si deben apoyar a que nuestro sistema educativo tenga las condiciones adecuadas para que las escuelas y los centros educativos garanticen el acceso a la cultura de todos los estudiantes.
 
Aquí es donde creo que las instituciones culturales deben de entender su eterno vínculo con la educación sin por esto querer marcar directrices. Por este motivo es que creo debemos ver modelos de sistemas educativos que han formado grandes públicos, así como lectores. Por este motivo me atrevo a mencionar al sistema educativo de Finlandia que en la prueba PISA de la OCDE siempre tiene los mejores resultados en la capacidad lectora de sus estudiantes, así como en las capacidades de sus estudiantes para aplicar el conocimiento humanístico a sus vidas.
 
Estoy consciente de las distancias geográficas, climáticas, económicas, históricas, demográficas, etc., que existen entre Sonora y el país nórdico, y por lo mismo no pienso hacer comparaciones simplistas. Lo que quiero es rescatar algunos puntos importantes de la experiencia finlandesa que quizás nos puedan servir a nosotros en nuestro camino por mejorar nuestras instituciones culturales.
 
Al igual que nosotros, los finlandeses de los años setentas tenían grandes problemas en la confianza interpersonal, acababan de salir de la segunda guerra mundial y necesitaban reconstruir su tejido social en medio de la Guerra Fría. Su apuesta fue por la educación como camino para reconstruir su país y volver a construir la confianza que toda sociedad necesita para desarrollarse.
 
La ruta del camino finlandés para tener el sistema educativo mejor evaluado por la OCDE, según Pasi Sahlberg (2013) lleva tres fases. Una primera parte duró toda la década de los 80 y fue de un replanteamiento teórico y metodología, en la cual se cambiaron concepciones de conocimiento, del aprendizaje y la enseñanza. La segunda etapa que se llevó a cabo en la década de los 90 se dedico a crear las redes de trabajo y cambio para el autorregulado, es decir fue la fase en la cual se crearon los valores del sistema educativo, las comunidades de aprendizaje y el sistema de evaluación. La última, en la cual aun están es la de hacer más eficientes las estructuras y la administración, mejorando los indicadores de calidad así como las estructuras y la productividad.
 
Generar los cambios que deseamos en nuestras instituciones culturales quizá no necesiten tanto tiempo como el que usaron los finlandeses para tener el sistema educativo que ahora tienen, pero sí creo que debemos recorrer por unas fases parecidas a las que ellos caminaron. El ejercicio de la encuesta para el Plan Estratégico para la Cultura y las Artes Sonora 2015-2021 es la semilla para una primera fase que no sé cuanto tiempos nos va a llevar concretarla, pero debe darnos como resultado un replanteamiento teórico y metodológico, producto de un cambio de concepciones sobre el papel de la cultura y el arte en nuestra sociedad, así como en la forma en la cual entendemos y practicamos la gestión cultural. La segunda etapa nos debe llevar a construir redes nacionales e internacionales, así como a establecer los indicadores que nos servirán para evaluarnos y transparentar las instituciones culturales. Después de esta, la tercera etapa será comenzar a cosechar lo que se sembró con anterioridad, instituciones culturales más profesionales y transparentes que generen confianza y por tanto puedan garantizar el acceso a la cultural de los sonorenses.
 
Salto a lo digital
Uno de los objetivos en los que el PECAS 2014-2018 hace más énfasis, es en el salto a lo digital. En la actualidad los formatos digitales en la literatura, así como en otras disciplinas se han convertido en la principal herramienta de trabajo así como de difusión, facilitando la transmisión y la divulgación.
 
En Sonora poco a poco se han estado creando plataformas y espacios digitales dedicados a la cultura que merecen ser tomados en cuenta cada vez más. Por este motivo en la Feria del Libro de Hermosillo 2015 la dirección del ISC permitió que se realizaran unas mesas dedicadas al uso de los formatos digitales, abriendo la puerta a la cultura digital que mucho tiempo tuvo las puertas cerradas.
 
En la actualidad los formatos digitales son los que nos permiten conectarnos con el mundo, negar su importancia es cerrarnos las fronteras nosotros mismos, limitarnos únicamente a tener impactos locales muy limitados y a no ser participes de una cultura global, así como de hacer redes de aliados que nos permitan crecer nacional e internacionalmente. Por otra parte, al ser un formato nuevo que exige nuevas lecturas, tenemos que hablar de nativos digitales, migrantes digitales y analfabetas digitales, y por lo mismo de brechas generacionales bien marcadas. En este sentido las instituciones culturales deben rejuvenecerse con nativos y migrantes digitales que ayuden a los analfabetas digitales a familiarizarse con estos nuevos formatos y la realidad que generan.
 
Las posibilidades que dan los formatos digitales son tan importantes que facilitan la creación de empresas culturales y de que estas se den a conocer, bajando costos de inversión pero también refrescando las propuestas. De que entendamos esto depende que en Sonora realmente puedan nacer empresas culturales viables para que los artistas puedan vivir de su creación artística y que las instituciones culturales puedan realmente hacer su tarea de generar las condiciones para el acceso a la cultura en coadyuvancia con empresas culturales.
 
Por ahora la iniciativa de que en la Feria del Libro de Hermosillo existieran unas mesas dirigidas a la cultura digital y que la encuesta del Plan Estratégico Estatal de Cultura y Arte sea en línea, han sido pasos importantes, pero aun tímidos en lo que debe ser un salto más arrojado a lo digital. El ISC necesita un evento anual dedicado únicamente a las expresiones artísticas y culturales en el mundo digital, así como un buen manejo de redes sociales y digitalizar su acervo literario y grafico en plataformas digitales realmente atractivas. De no lanzarse al vacío de la nube digital el ISC se estará amarrando a un ancla que únicamente lo llevará a las aguas profundas del anquilosamiento y de lo obsoleto.
 
Reconocimiento de la multiculturalidad
Algo que ya es momento que se haga en Sonora es reconocer su multiculturalidad y no limitándonos exclusivamente a la que se puede reconocer por la diversidad étnica de la entidad. Hablo de un sentido más profundo del concepto y no del que se ha popularizado por el discurso de la globalización neoliberal. En este sentido pido que la multiculturalidad sea entendida desde el marco del multiculturalismo teórico que proponen Kincheloe y Steinberg (1999) porque únicamente así podremos ver como la multiculturalida engloba una serie de discursos tan variados como los de los movimientos feministas, de las comunidades LGBT, así como los de las reivindicaciones de los pueblos originarios, los movimientos antirracistas e incluso movimientos ecologistas.
 
Entender nuestra multiculturalidad e incluir la diversidad de discursos en un verdadero plan de Estratégico para la Cultura y las Artes en Sonora implica trabajar en la inclusión de la diversidad de discursos y culturas que existen en la entidad. Esto implica combatir el regionalismo a ultranza, la xenofobia, el machismo, la homofobia, el clasicismo y el racismo con políticas culturales incluyentes, asegurando ahora si el derecho al acceso a la cultura y a ser partícipes de esta. Por este motivo, hoy más que nunca el ISC necesita multiculturalistas que le ayuden asimilar la diversidad de discursos en Sonora, así como a generar las condiciones adecuadas para que esta diversidad sea incluida.
 
Para trabajar estas políticas culturales incluyentes, las instituciones culturales de la entidad necesitan capacitarse para conocer los discursos de comunidades tan diversas como los son la LGBT, etnias, pueblos originarios, indígenas migrantes o incluso las culturas regionales de las diferentes zonas geográficas de la entidad. Es tan profunda y variada nuestra complejidad cultural que lo anotado en estas líneas es muy poco para describir nuestra diversidad, la cual aun no comprendemos del todo y que ahora nos obliga a replantearnos los conceptos de cultura y de lo sonorense constantemente. Aquí es donde se vuelven necesarias las aportaciones de los multiculturalistas para realmente tener una primera fase de replanteamiento teórico y metodológico producto de un cambio de concepciones sobre el papel de la cultura y el arte en nuestra sociedad y en nuestras comunidades.
 
El reto de la multiculturalidad sonorense no es poca cosa y si es muy urgente. Si realmente queremos hacer funcionar un plan estratégico incluyente que garantice el acceso a la cultura de los sonorenses, se necesita de perfiles altamente calificados que no son fáciles de encontrar en Sonora y que hasta ahora han tenido las puertas cerradas en el ISC. Por esto el Plan Estratégico para la Cultura y las Artes debe ser la coyuntura que abra las puertas a los multiculturalistas teóricos, así como a la diversidad de discursos culturales de ese Sonora que durante años el ISC ha querido ignorar.
 
Ha llegado el momento de que a los barabaros nos abran las puertas de par en par
La realidad está siempre en constante cambio y en estos tiempos los cambios son cada vez más vertiginosos, en especial en los temas culturales. Por esto en el taller de Ángel Mestres sobre gestión cultural se habló de que los buenos gestores deben abrirle la puerta los barbaros para que renueven y oxigninen la vida cultural de un territorio. Con el apelativo de bárbaro no me refiero a los poetas malditos del Pluma, la Verbena o el Seven; sino aquellos que ven y piensan el mundo diferente al común denominador, los que se atreven a ser creativos e innovar en algo. En sí, cuando hablamos de barbaros debemos de remitirnos al origen del término: “los que hablan bar bar”, que fue como los soldados de la Roma decadente llamaban a sus enemigos del norte que no hablaban latín, quienes con el paso del tiempo y “hablando bar bar” terminaron haciendo caer el imperio. Esa figura del bárbaro en la actualidad la podemos entender como la de aquellos que hacen peligrar los discursos hegemónicos por su creatividad y su capacidad de innovar, son los que hacen que los muros caigan.
 
Durante años el ISC en su decadencia, producto de la corrupción, el nepotismo y la falta de transparencia, ha mantenido a los bárbaros a raya. Estos han vagado por el mundo, han viajado, se han terminado de formar en universidades de primer nivel y ahora están al asecho porque saben que ha llegado el momento de que el ISC les abra las puertas de par en par para que renueven y oxigenen la vida cultural de la entidad. Es momento de que la brújula experimentada de los barbaros, cargada con kilómetros recorridos, estudios y experiencias nacionales e internacionales, comiencen a marcar el norte ahora que el ISC valientemente se mete enaguas desconocidas; si esto no es así, el destino del Plan Estratégico para la Cultura y las Artes Sonora 2015-2021, por más buen comienzo que tenga, quedará en letra muerta con los mismos vicios sistémicos de siempre, perdiendo así la oportunidad de generar un cambio profundo en la vida cultural y publica de todo Sonora.
 
*Dóctor en Didáctica de la Lengua y la Literatura por la Universidad de Barcelona, especializado en didáctica en contextos plurilingües y multiculturales. Ex becario de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y fundador del portal de construcción de cultura de la paz en México Nuestra Aparente Rendición (NAR) donde mantiene el blog de Luces Artificiales.

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